Otras técnicas

OTRAS TÉCNICAS CUALITATIVAS EN LA INVESTIGACIÓN SOCIAL


     Hoy en día se mantiene la discusión sobre qué tipo de investigación social resulta ser más científica: aquella que utiliza procedimientos cuantitativos para la recolección y el análisis de la información empírica, o la que emplea técnicas de carácter cualitativo. Esta discusión está relacionada con los paradigmas de investigación prevalecientes. Uno de ellos se sustenta en la filosofía positivista que busca la observación de los hechos en forma destacada como si en ellos estuviera contenida la verdad científica (“los hechos hablan por sí solos”).
     Otros paradigmas de investigación pretenden analizar los fenómenos de la realidad ubicándolos en determinados contextos teóricos que permitan una interpretación más profunda de los procesos sociales, considerando su devenir histórico. La categoría de totalidad resulta fundamental para lograr una compresión de conjunto de los cambios cuantitativos y cualitativos que se manifiestan en la realidad concreta. Uno de estos paradigmas es el que se ubica en la corriente del materialismo histórico y dialectico.
     De conformidad con esta perspectiva de análisis, no se concibe que las técnicas de recolección y análisis de datos puedan ser consideradas en dos bloques separados y en confrontación: las de tipo cuantitativo y las de carácter cualitativo. Se parte en el paradigma en el materialismo histórico y dialectico de una de las leyes fundamentales de la dialéctica. La comulación gradual de los cambios cuantitativos origina cambios cualitativos en el fenómeno. Por lo tanto los aspectos cuantitativos se conciben como expresiones de la situación estudiada.
     Por ello, de acuerdo con esta perspectiva filosófica-teórica ambos tipos de recolección y análisis de datos (los de carácter cuantitativo y los de índole cualitativa) pueden emplearse en forma complementaria, si así se requiere para alcanzar los objetivos de la investigación.


DEFINICIÓN DE ENTREVISTA

Entrevista es un término que está vinculado al verbo entrevistar (la acción de desarrollar una charla con una o más personas con el objetivo de hablar sobre ciertos temas y con un fin determinado).


ENTREVISTA PARTICIPATIVA O DIALÓGICA

     Podemos decir que el investigador y la persona entrevistada participan de manera activa.
     El primero proporciona una guía tentativa de entrevista (que puede modificarse en función en desarrollo de esta) y da a conocer al entrevistado los objetivos de la investigación para interesarlo en que participe activa y críticamente, pues los resultados se utilizaran para satisfacer las necesidades y exigencias del grupo al que pertenece el informante.
     Por su parte, la persona que va hacer entrevistada debe estar consciente de la importancia de su participación en el trabajo y, además, saber que puede ampliar la información, o exponer hechos que a su juicio son relevantes para que el investigador pueda comprender mejor la situación o fenómeno que estudia.
     La entrevista participativa o dialógica puede circunscribirse dentro del método de investigación-acción.
     Este tipo de entrevistas dialógicas pueden realizarse en un número significativo de personas y se centra básicamente en cierto periodo del devenir histórico del fenómeno, o en determinada situación que el investigador requiere analizar; para captar la información puede recurrirse a grabadoras y cámara de videos.


                                                           Participativa o dialógica


     Por ejemplo, para conocer y el sentir de un grupo escolar en cuanto a la manera en que se organiza e instrumenta la clases, las formas de evaluación, etc. Un profesor puede entrevistar algunos alumnos que tengas ciertas características. Quienes participan activamente en clase y quienes adoptan una actitud pasiva y receptiva. Si el tiempo lo permite puede hacerse la entrevista participativa o dialógica con cada uno de los miembros del grupo. Esto permitirá tener una visión de conjunto de las cuestiones de interés común, para mejorar el nivel del grupo. Si el tamaño del grupo lo permite puede lograrse cierta cuantificación de los problemas más relevantes.
     En cualquier caso se busca analizar los problemas en formas colectivas para tratar de resolverlos a la brevedad posible. Cabe mencionar que este tipo de entrevista (dialógica) permite un mayor comunicación entre el entrevistador (en este caso el profesor) y las personas entrevistadas (los alumnos) tal hecho repercutirá sin duda en una comunicación más directa y permanente entre el docente y el grupo en su conjunto.
     Aquí debe destacarse la importancia que tiene la entrevista dialógica no solo para recopilar la información requerida, sino para establecer una relación hasta cierto punto efectiva entre el entrevistador y los entrevistados pues se parte de la idea de que el proceso de búsqueda de información para analizar los problemas a fin de tratar de resolverlos, es un proceso que puede durar varios días, semanas o meses por ello debe establecerse una relación estrecha y constructiva. En una relación de esta naturaleza, el aspecto afectivo casi siempre está presente pues surge aunque el entrevistador y los entrevistados no se lo propongan.


HISTORIAS DE VIDA

      A veces se requiere conocer en forma más detallada diversos acontecimientos y situaciones que han ocurrido en la vida de un sujeto o de varios sujetos si así se prevee en la propuesta metodológica, especialmente en los objetivos de la investigación. Las historias de vida permiten generar información para analizar el proceso de vida de los individuos en su relación con el proceso social donde se desenvuelven.
     La historia de vida, que sustituye a las entrevistas tradicionales, es un técnica en la cual interactúan dos sujetos: un sujeto entrevistador y un sujeto entrevistado, ambos activos, en la cual el primero proporciona un conocimiento procedimental, unos objetivos y un análisis, y el segundo, un conocimiento vivencial; participando ambos en la construcción del recuerdo (Maritza Montero, “Memoria e Ideología. Historias de vida: Memoria Individual y Colectiva”, p. 13).
     Las historias de vida permiten abarcar un tiempo mayor en el devenir histórico del individuo, lo que nos posibilitará conocer en forma más precisa datos o hechos importantes o inéditos que vivió el entrevistado o que conoció de cerca, por lo que su testimonio resulta relevante para el análisis de los mismos.
     En esta técnica, el sujeto protagonista puede regresar a sus recuerdos, retomar hecho ya relatados, corregirlos, ilustrarlos, aun modificarlos, saltar de una etapa a otra de su vida en una periodización propia, detenerse en algunos aspectos y apresurarse en otros. Y a su vez, el sujeto investigador puede pedir al informante que se desenvuelva en su recuento, para retomar un punto, un hecho, una etapa; o preguntarle directamente sobre algo en lo que el sujeto participó o fue testigo; puede señalar disparidades e indagar sobre ellas, y finalmente, al transcribir cada recuento debe someterlo a la inspección del protagonista, quien tiene todo el derecho en modificarlo,… (ibid. P. 14).
     La información y experiencias que poseen los entrevistados permite al investigados permite al investigador un acercamiento a ciertos hechos o situaciones del pasado que de otra forma quedarían olvidados o aislados en los recuerdos del sujeto. Estos hechos no aparecen por lo general en las historias oficiales o conocidas, y no por ellos resultan irrelevantes para la mejor comprensión de la historia de un pueblo o de un grupo específico.


    
 Las historias de vida tienen la virtud, además, de motivar al lector para que busque en otras fuentes documentales ampliar sus conocimientos sobre las situaciones o fenómenos descritos por el personaje entrevistado.
     La entrevista puede durar varios días, semanas o meses; es conveniente contar con dos grabadoras por si falla una. Un caso de historia de vida se expone en el libro maestro Fernando Jiménez Mier y Terán: Un maestro singular, en la que se relata la vida y obra del educador José de Tapia.
     En resumen, puede señalarse que una historia de vida es, según Maritza Montero:
     Una técnica de carácter esencialmente cualitativo, es decir que no reduce los datos terminados numéricos cuantificables, si bien las posibilidades de cuantificación no están reñidas con ella, ya que busca recuperar el desarrollo de lo cotidiano individual, inserto en lo histórico social y cultural. Es la reconstrucción de la dialéctica individuo-ambiente desde la perspectiva de la persona, con todas las peculiaridades e interpretaciones que ella puede asumir para el objeto y que en términos cuantitativos podrían consideradas como “distorsiones” o “subjetividad”, pues justamente lo que esta técnica rescata es la existencia real y objetiva de la subjetividad, que no por negada o proscrita deja de estar presente en todos los actos humanos. Y en este sentido, al reconocer lo subjetivo otorga un verdadero carácter objetivo a sus datos (ibid., p. 18).
     En ocasiones las historias de vida se presentan como autobiografías en las que el autor decide dejar un testimonio de su trabajo relacionándolo con las condiciones sociales y específicas donde ha desarrollado su obra o actividad que considera relevante. Las autobiografías se escriben porque su autor se dio cuenta a tiempo de la transcendencia de su obra política, científica o cultural, o los amigos del personaje le solicitan dejar por escrito en sus memorias.  
     Este tipo de documentos permite al lector, sobre todo si va a realizar una investigación sobre la trayectoria del personaje en cuestión, contar con mayores bases para fundamentar su análisis crítico.
     Las autobiografías si bien proporcionan datos singulares, se convierten en documentos fundamentales para el análisis correspondiente y sirven para guiar su trabajo de otras personas, algunos ejemplos son: la Autobiografía de Carlos Darwin; el Diario del Che en Bolivia y, en cierta medida dos de las últimas obras de Paulo Freire: Pedagogía de la esperanza y Cartas a Cristina: reflexiones sobre mi vida y mi trabajo.


SOCIODRAMA

     Para conocer la reacción de la gente ante determinado hecho, puede realizarse un sociodrama. Para ellos se parte de la existencia de un problema que requiere analizarse para plantear posibles soluciones; se formulan además objetivos de investigación e hipótesis sobre la posible conducta que adoptara el grupo o la mayoría de éste. 
     Si el grupo conoce previamente la actividad y sabe quiénes van a participar, así como el papel que cada uno va a desempeñar se trata de un sociodrama tradicional.
     El sociodrama pretende fundamentalmente descubrir las relaciones entre las personas, lazos sociales… consiste en hacer representar una historia a las personas que se someten a la experiencia, con la ayuda de un director de escena y eventualmente de unos asistentes de dicho director… (Duverger, Métodos de las ciencias sociales, p. 397).



     Para Selltiz, et al., el sociodrama es una “situación en la que se da a un grupo de personas una serie de roles para representarlos como lo harían en la vida real; observando cómo la persona desarrolla un cierto roll, podemos comprender mejor sus actitudes sociales” (Métodos de investigación en las relaciones sociales, p. 774).
     En cambio sí se plantea el hecho (variable experimental) sin que el grupo se encuentre enterado de la situación que vivirá, estamos frente de un sociodrama real. Asimismo, sólo participan con papeles previamente asignados él o los coordinadores del grupo y los actores sociales externos, en caso de que estos se requieran.
     El sociodrama real se organiza con el propósito de observar el comportamiento de un grupo ante una situación real, es decir, para conocer su actitud de frente a un hecho que le afecta de manera directa e inmediata. “El sociodrama es una técnica que puede contribuir a profundizar en el análisis de problemas de integración y participación que afectan a un grupo; antes de su aplicación pueden formularse hipótesis para predecir la conducta de los individuos” (vid. Raúl Rojas Soriano, Sociodrama real en el aula, p. 32).
    
                                                                                                       

 En dicho libro señalo que cuando se trabaja en el medio educativo:

     Dicha técnica jamás debe utilizarse si el profesor no ha logrado una relación estrecha con los estudiantes en la que haya confianza y respeto, ni tampoco si el grupo no se encuentra lo suficientemente identificado como tal. Además, los participantes deben estar en el grupo voluntariamente y hacer suya la filosofía y la forma de trabajo de quien dirige el proceso educativo… (Ibid., p. 33).

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